martes, 13 de octubre de 2009

El cine bastardo (y ya sin gloria) de Quentin Tarantino

Esto se recitaba de memoria a mediado de los noventa, cuando apareció Pulp Fiction (Tarantino, 94) y los espectadores azorados intentaban interpretar su prodigio: decían que con Tarantino el cine basura trascendía al arte y a esa transposición de valores estéticos hasta se le dio el nombre, entonces rimbombante, de "cine de culto"; se decía que los largos diálogos, tan sofisticados de tan simples, tan sabios de tan chabacanos (la disertación de Le Big Mac, los preparativos para el asalto de Honey Bunny, el versículo de Ezequiel) merecían glorificarse en soundtracks y memorabilias de citadores mamones; que las rupturas temporales (y sin embargo hacía siglos que existió Godard) reinventaba el cine y la forma de contar historias; que el niño terrible del cine gringo rescató a Travolta para simbolizar la decadencia y lo logró rebien con su bailadito autista de You Never Can Tell de Chuck Berry. Con las genialidades de Tarantino se aterrizó al público masivo la reflexión de Lyotard sobre la "incredulidad a los metarrelatos", que derivó en fanfarronada ecléctica para pacheca nice.
El cine que se explica desde el cine, pero más sofis, el cine que se explica desde el desperdicio tuttifrutti del subcine. Prohibido parodiar a Ford o Wells o Coppola o Hawks, bienvenido el cine B, Z, el sexplotion, el exotismo asiático y ahora, con Bastardos sin gloria, el cine italiano y el bélico de propaganda que se hizo durante la Segunda Guerra Mundial. Pero el recurso parodista tenía sentido en aquella década última que revisaba la gloria y la miseria del siglo XX. ¿Seguirá sirviendo el cine de Tarantino, a nueve años andados del hiperquinético XXI? ¿O ya se evidenciará como carcaza, como le ocurrió con ese divertimento feministoide-pero-no-es-para-tanto de Kill Bill? ¿Tarantino sigue combinando con la fugacidad frívola de la sociedad virtual?
Incierto de formarme una opinión propia, corrí al centro de la información (al tuiter, ¿hay otro?) para enterarme de que: los personajes de Tarantino están de güevos, #nomamar los diálogos de Tarantino, #soyfans del estilo Tarantino. Y entendí que con él ocurre lo que con Tim Burton, que el otrora cineasta competente se convierte en inflada marca de moda, para consumirse en llaveros, quotes de yahoo (sí, todavía existe) y soundtracks para fiestas retros; que su anterior hallazgo de la reinvención del discurso ha derivado en modita cute para intelectuales trendy. Que su gran propuesta fílmica ahora es tan trivial como una tienda de trapos vintage.
¿Intentó renovarse? Y se alcanza a olfatear que sí. La clave está en los carteles de la pelícola. Brad Pitt as Lt. Aldo Raine, y Christoph Waltz as Col. Hans Landa (no mamars se lleva la peli goeiiii), y Til Schweiger as Sgt Hugo Stiglitz, semejan figuras de acción para niños de 1950: a Bastardos sin gloria le hubiera encantado ser un salvaje entretenimiento bélico de desperdicio, pero debe conformarse con ser otra peli de Tarantino. Otro juguete bastardo para comentarios cagados de tono avantgarde.
Tarantino, más coreógrafo que cineasta, más cazador de citas que contador de historias, tenía en las manos un sabroso material para masacres y corretizas, para regodearse en el exceso y provocar desde la feria hiperreferencial, para hacerle a Brad Pitt el homenaje más chocante y soberbio de su carrera (como sí logró hacérselo a John Travolta; como lo volvió ¿emotivo? poema amazónico con la Novia Turman de Kill Bill), pero al director Tarantino le ganó la marca Tarantino: por eso los diálogos largos y tensos, efectivos si los protagoniza Waltz, soporíferos en los otros casos; por eso la película es anticlimática a güevo en momentos que pedía convencionalismo mainstream; lo banal que se intelectualiza pero al hacerlo se trivializa: entonces Bastardos sin gloria es más complacedora de eclectifans que descubridora de su tensión genuina.
No quiero decir que sea una mala película, pero sí me queda claro que no es una gran película. Y que el discurso de Tarantino se va agotando, y que su añeja innovación pusmoderna no ha sabido (¿logrará hacerlo?, ¿pero cómo?) evolucionar.
"No se puede ser Spielberg cuando a uno le toca ser Tarantino", concluimos ayer con Liar, pero los dos estábamos demasiado borrachos (pedas por skipe, a lo que hemos llegado) como para entenderlo. Ahora que lo repienso: hacer la montaña rusa de Indiana Jones y el templo de la perdición requiere clasicismo e ingenuidad. Tarantino retuerce el clasicismo. La ingenuidad no es lo suyo. Pero la malicia bastarda no siempre es suficiente.




12 comentarios:

Kyuuketsuki dijo...

Desde donde yo lo veo, tienes las palabras llenas de razón. El cine de Tarantino parece condenado a repetir una y otra vez la fórmula de "reinterpretar" el cine serie B (cuando no utiliza el plagio descarado y simplón) y se me hace que sus películas están altamente sobrevaloradas, la mayoría.

Pero también estoy en desacuerdo con algo: más que divertimento feminista, Kill Bill me resulta (esta si) una divertida parodia a las series sangre/espadas/venganza de anime. Y me agradó bastante, esta sí.

dèbora hadaza dijo...

no exageras un poco?

sobre todo porque no sé realmente que es lo que te disgusta...

Botica Pop dijo...

pedas por skype es una posibilidad que ni se me había ocurrido...

hum. yo creo que el texto de la royale con queso no es nada chabacano: es una burla totalmente descarnada de la manera de hacer turismo de los gringos (y ya que estamos, del turismo de masas en general). o igual y no y sólo me viajé.

con kill bill me dormí. dos veces.

La Rumu dijo...

Me gustó mucho la película, debo ser parte de sus adoradores noventeros... aunque confieso (no se lo digas a nadie) que me dormí 15 min, precisamente durante uno de esos diálogos soporíferos.
Lo malo es que se presta para pachecadas nice, lo malo es que ya comienza a repetirse.
Lo bueno fue el desarrollo de los personajes, particularmente Hans Landa.
Pero uf, me encantó el saborcillo a sangre.

Montserrat Algarabel dijo...

A mi me encantó Bastardos sin gloria. La encontré extremadamente divertida (si: el perversillo que vive dentro de mi se regodeó con tanta sangre y balazos) y, a pesar de durar dos horas y media, me mantuvo con el Jesús en la boca todo el tiempo. Mi única gran crítica, pero GRAN crítica, a Bastardos sin gloria es la efectista e innecesaria inclusión de Hitler y Goebbels: la decisión tarantinesca de destrozar -literalmente- a estos dos me parece una proyección gringuísima de lo que muchos judíos antinazis desean con fervor hubiera pasado...

Anónimo dijo...

Luego de reposar las ideas, para mí la película es una gran parodia de lo que debió haber sido la película en realidad. Casi!

Anónimo dijo...

PORQUE CRITICAN PELICULAS QUE NINGUN HIJO DE VECINO QUE SE RESPETE, VA A IR A VER...???

Unknown dijo...

Justo ayer la vi y confieso que por momentos me aburrió horrores, pero la "marca Tarantino" sigue gustándome en lo general.

No soy crítico de cine -me faltan bases-, pero como espectador la encontré entretenida, interesante y bien realizada. Aunque aburrida a ratos, sí.

MIGUEL ANTONIO LUPIÁN SOTO dijo...

Es lo que me gusta del arte: cada quién puede interpretarlo como sea sin necesariamente estar mal; porque me parece que todos vimos (o quisimos ver) una película distinta. Aquí parafrasearé a Dee Snider (cantante de Twisted Sister) cuando en los 80´s el rock/metal fue perseguido por su contenido "sexual y volento": "Si la señora Gore encontró sadomasoquismo en nuestra canción, es porque la señora Gore anda buscando sadomasoquismo"
Para mí, Tarantino es de los pocos cineastas que han sabido manejarse perfectamente en el mainstream sin perder su esencia; otro es Tim Burton, al cuál también se critica.
Si,los han sobre-explotado, pero eso no es suficiente para restarles méritos.
Para terminar, Bastardos sin gloria se me hace una película redonda.
P.D.: la imágen de Cthulhu de Kyuuketsuki está genial

Lata dijo...

Escucha este podcast, me parece genial.
http://churrosypalomitasonlain.blogspot.com/2009/10/inglourious-basterds.html

Para mí, una gran peli, me reí muchísimo. Y la verdad me soprendió... esperaba más sangre. BIEEEENNNN...

Cynthia Ramírez dijo...

!Pedas por skipe! Digo, la discusión sobre el cine de Tarantino es buena (A mi sí me gustó la película) Pero, en serio ¿pedas de skipe????

En otros temas:
¿Sabes si Tarantino es gay?

Tumeromole dijo...

Tienes toda la razón en este post. Además, independientemente de si su cine es "referenciador" (por no decir "fusil") o no, creo que Tarantino está perdiendo (o ya perdió) su toque. Esperemos que con el tiempo retome lo que fue (simple/fusil/exagerado o no, me gustaba).

Por otro lado (como ya dijiste), sin el Waltz la película hubiera sido un completo fracaso. Algo así como la selección sin "El Cuauh"... Ah, no, eso no.

Saludos.