viernes, 10 de febrero de 2012

HI5, Facebook, Twitter, Blog. Debrayes de madrugada.

En la madrugada me serví un whisky, prendí otro cigarro, cantaba Spinetta, siguió lo habitual, tuitear. Y entonces fueron saliendo algunas ondas interesantes. Ahora las junto, y bueno, ya se ve en ellas de qué tratan.

Rufián Melancólico

a veces creo que Facebook, Tuiter y todas esas zarandajas influyeron negativamente para la decadencia de los chats sexosos

Rufián Melancólico

en los lejanos 90 se creía que los internautas eran solitarios gordos salvajes oscuros. No lo éramos en real pero nos gustaba pensarnos así
hace 7 horas
Rufián Melancólico

uno se conectaba y entraba a un tugurio, con los clichés que le siguen: lo tenebroso, prohibido, temerario, solitario, íntimo
hace 7 horas
Rufián Melancólico

las redes sociales transformaron el callejón oscuro en plaza pública,
hace 7 horas

Rufián Melancólico

el HI5 todavía era buen lugar: congal de mal gusto con nenorras impúdicas mostrando sus carnes
hace 7 horas

Rufián Melancólico

el HI5 todavía tenía el cochambre del gozo irresponsable, la falta de etiqueta, el piropo gandalla, el privado para armar hotelazo
 
Rufián Melancólico

la simple cláusula de Facebook de decidir a quien aceptas o no como amigo cambió todo: obligó a la civilidad
hace 7 horas

Rufián Melancólico

Con el Facebook llegó la etiqueta a la red. Y la ostentación. Y la doble moral. Y la obsesión de ser.

Rufián Melancólico

la evolución del chat populachero al HI5 vulgarzón al Facebook pretencioso, es como transformar una aldea en ciudad en salón de tertulia
hace 7 horas

Rufián Melancólico

en medio de todo eso está un momento idílico, casi hippie, un breve ateneo: los blogueros.

Rufián Melancólico

el bloguero tenía algo qué decir: su borrachera, su vacío, su película, su domingo, su amor mal llevado, su paseo callejero
hace 7 horas  

Rufián Melancólico

leíamos, comentábamos, nos coqueteábamos entre halagos excesivos. Pero leíamos y creíamos que era importante lo que escribía el otro

Rufián Melancólico

ninguna arrogancia más sustanciosa que la de un club de blogueros. Cuando llegaban los primeros tuiteros parecían demasiado simples.
hace 7 horas


Rufián Melancólico

El tuitero no piensa mucho pero se le ocurren demasiadas cosas. El bloguero se hizo lento ante la fascinación del reconocimiento inmediato.
hace 7 horas

Rufián Melancólico

el blog debió especializarse. Ya no interesa otro post de una borrachera, un paseo en el centro, un amor malhabido. Ahora eso se tuitea

Rufián Melancólico

El blog se volvió autopromoción de habilidades, obsesiones: cine, gadgets, literatura. Se murió el blog vivencial.

Rufián Melancólico

pero con la muerte del blog vivencial, murió la expresión meditada de su autor. Capaz y es mejor, llegó a hartar tanto confesionario

Rufián Melancólico

aunque puedo asegurar que entusiasmaba más , la jefa del blog vivencial, que lo que ahora nos causa alguna tuitera maso guapa
hace 7 horas
 

Rufián Melancólico

yo sigo más intrigado por saber dónde comía sus tortas de queso blanco, que de los check-in de forsquare de cualquiera
hace 7 horas
 
Rufián Melancólico

en tuiter hacemos los mismos posts que en el blog, pero fragmentado, inmediato, puntual. De hecho, todo esto que escribo es un post de blog
hace 7 horas

Rufián Melancólico

pero es un mañoso y vergonzoso post que vive al pendiente del mention de cada 140 caracteres, por eso carece de sustancia. Caza lo inmediato
hace 7 horas
 
Rufián Melancólico

Tuiter no mató al blog. Lo mataron los favs. Y el mito del favstar. Una frase acertada, 569 favs, fotos de niñas guapas que me califican
 
Rufián Melancólico

para qué quiero meditar dos horas una idea de blog, cuando en medio minuto puedo conseguir las sonrisas de 30 tuiterilas?
hace 7 horas

Rufián Melancólico

Y ahora es tumbrl. Ilustraciones, mucha forma, sorpresa visual. Textos cortos, en otro idioma porque ostento más.
hace 7 horas
 
Rufián Melancólico

El tumbrl es forma. Es adivinanza. Es eclecticismo cínico. Es comercial sin marca.
hace 7 horas


Alguna vez le dije a Alberto Chimal que bien se podría escribir una novela sobre el mundo virtual, pero sin ostentaciones cyber o trampas de contraseñas para descubrir misterios. Una novela sobre cómo han ido transitando las experiencias de alguien en internet, cómo ha transcurrido el tiempo y evolucionan las relaciones. Si hubiera que hacer un esquema rápido y a vuelo, sería lo anterior, con algunas ideas más. A lo mejor ya vamos llegando al tiempo que la experiencia personal, subjetiva, del internet, va permitiendo el experimento proustiano. O no. A seguirlo imaginando.

El agradecimiento va para Jordy que sugirió juntar estas necedades en un post. Creo que hasta se ve chido, jefe. Y ya, comenten, como en los viejos tiempos.