miércoles, 13 de enero de 2010

Sherlock Holmes y la aventura del detective, el mago y el doctor

1. La forma obvia de comentar a Sherlock Holmes, la película reciente de Guy Ritchie, es situándonos desde nuestro arrogante púlpito de lector inmaculado, y con el gordo tomo de Conan Doyle en el regazo despotricar porque: a) transformaron al maravilloso "detective asesor" (Sherlock dixit) en pinche muñequito de acción articulado; b) permitieron que Robert Downey Jr. siga interpretando a su genial personaje Robert Downey Jr., que en Iron Man está de güevos pero acá hacía falta otro tono; c) exageraron el protagonismo amanerado de un Doctor Watson (Jude Law) que nunca entiende la grandeza del tono menor del cronista original (la puta madre: qué mierda hace Watson cagando cada tres diálogos a Sherlock); d) apelmazaron buticantidad de gags cínicos resnatch que diluyeron el humor flemático del hombre de Baker Street 221B hasta hacerlo parecerse a Jim Carrey protagonizando Sin ton ni Sonia; e) se regodearon en corretizas, madrazos, explosiones y un romancito gratuito con Irene Adler, que se quería apasionado y terminó siendo cliché de cualquier crossover de Lara Croft vs. G. I. Joe y f) crearon soluciones muy sacadas de la manga (qué cazuelas que las claves de TODO estaban en el mismo laboratorio), que habrían hecho retorcerse de la impotencia al mismo Sir Conan Doyle.
Pero Guy Ritchie seguro que ya estaba preparado para críticas tan memas y ya tendría la respuesta obvia: que su Sherlock es una actualización del mito para la chaviza de hoy, que el hieratismo de Basil Rathbone poco tiene que decirle a los niños del internez y el post-punk-indie gooeeei, que mejor relájense y diviértanse y zoquen el hocico con puñados de palomitas. Bien valdría advertirle al tal Ritchie que al menos diez generaciones de lectores de Holmes lo vigilan. O sea: que se ande con cuidado. Aunque también:


2. Lo que sigue es doloroso (y más para un fan from hell del gran Sherlock) pero debe decirse: el personaje de Conan Doyle es el equivalente, en el entresiglo XIX-XX, al Harry Potter del entresiglo XX-XXI. Y si ya empecé con herejías, le sigo: ambos personajes comparten la representación episódica, el maniqueísmo entre el bien y el mal, la narrativa esquemática y sin riesgos formales, el confort pequeño burgués (odio los términos izquierdosos pero fue el que mejor le quedaba) que no se atreve a la épica absoluta, los valores conservadores sobre cualquier trasgresión incómoda. Conan Doyle y Rowling consiguen lecturas fascinantes pero sin peligro; no reinventaron ni reinventan las escrituras de sus tiempos, pero supieron recrear escenarios y personajes conmovedores para sus lectores, y aunque no remuevan drásticamente los sistemas literarios que les rodean, pueden y podrán presumirse como esas primeras lecturas que después nos hicieron indagar hacia autores más sustanciosos.
A Harry Potter le tocará el juicio del tiempo en algunas décadas más, a Sherlock Holmes ya se le puede pasar ingrata factura. La principal: que lo fascinante de sus deducciones, que seguramente asombraron a sus primeros lectores y todavía puede impresionar a dos que tres adolescentes, ha perdido fuerza frente a historias de enigma de mayor complejidad. Todavía siento el frío de los quince años, cuando leo que en Estudio en escarlata Sherlock revisa la casa de los Jardines de Lauriston mientras deja fanfarronear a los policías Lestrade y Gregson, para después dejarlos con un palmo de narices, describiendo al asesino, los cigarros que fumaba, el tipo de carruaje en el que llegó y su arma letal. Pero en una segunda lectura, varios años después, es imposible no esbozar una sonrisa por ciertas sorpresas que ya parecen ingenuas. ¿Dónde envejeció la maravilla de Holmes? En la novela negra gringa, que evidenció que nadie es criminal o delincuente del todo; en los thrillers kafkianos y su empeño en mostrarnos que el mal es una abstracción burocrática; en las conjuras de la vida real (Kennedy, Olaf Palme, Colosio, ¿les suena?) y la certeza de que el crimen obvio solamente es la punta del iceberg de más siniestros lodazales. Las deducciones precisas de Sherlock sólo eran posibles en una Europa orgullosa del positivismo y la fe en la ciencia; con el mugrero de la Gran Guerra se hizo imposible resolver el acertijo perfecto del crimen perfecto. Tal vez por eso, el personaje más inquietante del mundo de Holmes sea el oscuro Dr. Moriarty, que acaso prefigura a ese mal evasivo, difuso, que la lógica es incapaz de desmembrar.
¿Lo rebasado del original es, entonces, el motivo de que la reinvención de Ritchie sea tan fallida?

3. Aquí en realidad quería hablar de cómo se reinventó el mito de Sherlock Holmes en el doctor en diagnósticos Gregory House, pero entonces el texto se iba a alargar mucho e iba a parecer demasiado jalado de los pelos (¿no que el tema era la peli?). Que además ya todo mundo ha leído sobre esa influencia manifiesta de Sherlock Holmes en David Shore, el creador de la serie de TV, y sobre cómo lo ha reformulado en el insoportable doctor cojo que interpreta Hugh Laurie. Nomás pa' no perder el pretexto, sugeriré: que en Dr. House, tan importante es el ejercicio de la deducción, como el conflicto del genio científico rodeado de tanta gente cursi. Que el acento en Dr. House está en la confrontación del saber, como empeño y como fatalidad, contra la corrección política de un hospital y su misión de "salvar vidas". Lo que agrega House al arquetipo de Holmes es el carácter atormentado del personaje: que Conan Doyle lo sugiere cuando Holmes le entra a la morfina, pero no lo destaca como su tema mayor. No me atrevería a decir que House supera a Holmes, pero sí se valdría sugerir que House es una reformulación más afortunada del detective, contra el mamarracho que se inventó Guy Ritchie y que payaseó con tanto esmero Robert Downey Jr.
O sean francos: ¿cuántos no quisieron ver a Hugh Laurie con el gorro y la capa a cuadros, en vez del dandy mamón de Tony Stark?

4. Y bueno, a eso hay que agregar las limitaciones, orgullosamente asumidas, de Guy Ritchie, quien ha conseguido con gran empeño convertirse en algo así como un Tarantino sin el genio de Tarantino. Entonces valen las corretizas, los balazos, los putazos, los diálogos ingeniositos de matón de a tres pesos. Nomás como sugerencia: aun con lo cándido y predecible que pueda parecer ahora, sigue valiendo más la pena regresar al original de Arthur Conan Doyle. Y se puede conseguir en ediciones relativamente baratas. Corran por él, y de paso compren la novela de Pocahontas, antes de que alguien les invente que es flaca como anoréxica, verde como lagartija y que vive en un excitante mundo llamado Pandora. Y pues ya, me fui.

17 comentarios:

noemi dijo...

Qué brillante eres.Me da gusto compartir contigo la confusión, transtoque y hasta cierto rechazo ante la interpretación de personajes que en su orígen eran representados con otra esencia y características. Así es esto de las versiones...

Tu amiga del twitter, la Marip0sa_noemi.

Meryone dijo...

pues yo tengo ganas de verla, aunque me dé miedito porque yo sí que no he revisitado al gran sherlock desde los once o doce y... y... tengo más miedito de después revisitarlo y que no sea como yo lo recuerdo

dios bendiga a quien nos hizo coger el gusanillo del conocimiento por el conocimiento y anteponerlo a todo lo demás!

besos

Fire_tony dijo...

Me gustó y me gusta lo de Tarantino sin Tarantino.

Aunque, la parte viciosa de Dr House debería ser su Vicodin, es como su tabaco.

Una vez más, creo que debo leer má.

Lata dijo...

jajajaja, una amiga mía dice que House es como Scooby Doo. chale y tiene razón. Nomás que malumorado. Te picas, pero a mí no consigue engancharme, qué te digo?

No la he visto, no puedo comentar, pero he escuchado cosas muy similares a lo que dices. AMO Iron man, así que volver a verlo aunque sea de inglés (mejor aún!!!)se hará.

Mujer Maravilla a la Mexicana dijo...

Pues aprovechando que este fin vi Sherlock Holmes y Avatar comento tus dos reseñas.

Sherlock Holmes, sí me chocó la acción con la idea que yo tengo del personaje, nunca he leido libros de tan muchas veces mentado personaje. No sé porque tengo en mi memoria el concepto de un hombre de lo más culto, refinado, suspicaz con su ayudante Watson, tipo Sancho Panza. El ver al siempre sexy Robert Downey Jr. es algo grato, así como a Jude Law pero simplemente no acaba de encajar. Es como si al héroe de La Iliada, Aquiles lo interpretara Brad Pitt (ups eso ya pasó verdad?)

Tu ubicación de este personaje en su tiempo (la "moda" del positivismo) y la función con la que cumplió, así como la comparación con Harry Potter me parece de lo más enriquecedora. Así como la que haces con House.

De Avatar y el repaso de la filmografía de Cameron. Concuerdo contigo en la combinación de feria de atracciones y una cierta profundidad. De mis personajes favoritos del cine es Sarah Connor, recuerdo perfecto la imagen de ella marcando sus músculos con una pata de la cama del manicomio en el que estaba.
Tal vez no esté tan bien logrado en Avatar pues la impresión de las imágenes es imponente y en general los personajes sí se quedan en esquemas pero se salva el personaje de Neytiri, me identifiqué con su combinación de sabiduría, sensibilidad y fuerza.
Del discurso moralino pues sí es obvio pero me gustó el planteamiento de la interconexión natural con todo lo físico y lo temporal.

Me agradó mucho tu reseña de Avatar, en especial te digo por el recorrido que haces a la filmografía y pones en contexto ciertas escenas y personajes con las creaciones de Cameron. El que hayas interpretado al personaje de la doctora como el pasar la estafeta, me saca de la historia pero le da más grosor a la película en sí.

Bueno un abrazo y por cierto ¿Cómo vas con la novela? Recuerda ya lo pusiste en tu blog, así que ¿Quedarás como un ratón o como un hombre?

Borchácalas dijo...

A mí me gustó la película, pero yo le cambiaría unas cuantas cosas: El título de la película y el nombre a todos los personajes. Si ninguno de los personajes se llamará como los de las novelas de Doyle, podríamos decir que es una película de acción contemporánea situada en un escenario de época con un personaje que intenta parecer inteligente y con poderes deductivos con un fiel sidekick que nos medio recuerda después de mucho mucho indagar a los de Conan Doyle.

Estoy de acuerdo en que usaron en vano el nombre de Holmes, pero puede ser que haya sido un artilugio (junto con la contratación del nuevo héroe de acción estelar, Robert Downey Jr., y el tipo guapetón para las mujeres, Jude Law) para conseguir el presupuesto necesario para realizar una película que seguramente requirió uno bastante grande para efectos especiales y escenografía. De Holmes, tiene el nombre.

Pero es un churrito que te entretiene si llegas a meterte en la cabeza que ese no es Holmes y les cambias los nombres.

ARG dijo...

Sí, estuvo buena la reseña, aún así, a mí me gustó la película.
Y para aclarar, porque no lo mencionaste, que la película del Ritchie se basa en una historia inventada (creó que en los créditos de la película hasta dice cómic) por Lionel Wigram y Michael Robert Johnson; a la vez, éstos se basaron sólo en los personajes que inventara Conan Doyle algún día, para crear una 'nueva historia'

madreselvas dijo...

Y yo que pensé que era la única que había notado la similitud de House con Holmes...
Nunca he soportado a Robert Downey Jr. y creo que no tiene nada que ver con Sherlock Holmes, yo nunca lo habría elegido para el papel, sin embargo la película me pareció muy entretenida, tal vez porque esperaba algo peor, aunque estoy de acuerdo en que Conan Doyle se debe estar retorciendo en su tumba porque sus personajes perdieron su esencia en manos de Ritchie.
Yo nunca he vuelto a leer Sherlock Holmes, lo leí a los 14 o 15 años y me volví fan absoluta.

Jhon Brando dijo...

Sólo puedo concluir que el mejor detective del mundo es Batman...pero sin Robin que es igual o más afeminado que el Watson de Law.

"Buenas Noches, Buena Suerte"

Enrique G. Tejeda dijo...

Moriarty es profesor, no Doctor y su inflencia y poder de antagonista tiene un símil moderno en el Joker de Batman.

El Holmes de Guy Ritchie me gustó, es otra forma de contar la historia que comenzó todas las demás novelas de detectives.

Si no les gustó la película siempre estarán los libros a los cuales en cualquier momento se puede regresar.

Buen post, saludos

Unknown dijo...

Y me has dado los argumentos finales para apuntalar mi decisión de no gastar mi dinero en verla, a pesar de lo que ha dicho Control Zape, Kyuuketsuki y otros personajes con quienes he comentado el tema.

Por otro lado, ¿cuándo vamos al Azul?

Alguien en algún lugar dijo...

Maestro:

Agradezco el post, y he de confesar q soy novato en el tema "Sherlock Holmes", que aunque he leído un par de historias del famoso detective, no he leído lo suficiente como para externar mi opinión en su espacio.

Así que haré la tarea que viene implícita en el post para los que no hemos leído el original ni visto la película.

Saludos.

Kyuuketsuki dijo...

La película es más fiel a los relatos de Conan Doyle que a las versiones cinematográficas anteriores, que omitían los aspectos más grasosos y barriobajeros del Holmes de Conan Doyle. Se toma libertades, evidentemente, pero preciándome de conocer los 56 cuentos y las 4 novelas de Holmes (leídos varias veces cada uno), creo que se toma menos que los demás acercamientos del cine al personaje. Y la iluminación de la película es maravillosa. Conclusión a la que llegué con otro cuate. Es decir, a mi si me gustó.

Chico migraña dijo...

Sinceramente no termine de leer las obras de Conan Doyle, y no e visto ni quiero ver la pelicula, nomas de de ver los pinchis cortos mamones se ve es mera basura, con o sin Holmes, es otra de esas peliculas mamonas modernas hechas para la impresionable juventud de ahora, Conan Doyle debe estar revolcandose en su tumba

«j.m.p…» dijo...

Totalmente de acuerdo, la relación entre House y este Holmes me parece buena, aunque yo antes que a House, recordé a Cal Lightman (Tim Roth)… muy parecidos, pero los detalles de observación fueron la diferencia fundamental.

Y no, no he leído a Holmes, cuando era puberto leía… ¿qué leía? Ibargüengoitia, me parece.

Y al final, sentimientos encontrados ¿leer o no Holmes?

Zanahoria dijo...

A mi lo que me gusto de Sherlock Holmes fue Jude Law. Sí, sólo él.
¡Saludos Rufían! La limonada los extraña y así. (A tí y @_hein_) Jujú. ^^

Botica Pop dijo...

pues yo creo que la revisitación (jijiji) de sherlock en house m.d. es acertadísima y deliciosa en su contemporaneidad. cuando era chica (por ahí de los 11) odié a sherlock, me parecía insoportablemente mamón. aunque no usaba la palabra mamón y terminé enganchada porque en una de las aventuras había un enigma que se solucionaba con un código de monitos (no de changos, sino de dibujitos antropomórficos simplones y bonitos). bueno. ahora mi papá detesta a house por mamón. gracia que me hace. porque evidentemente yo leía a sir conan por recomendación de mi padre. cómo si no.