martes, 1 de junio de 2010

Y los cigarros se van diez pesos más caros

El nuevo chisme es que los diputados legislarán para que a los cigarros les aumenten diez pesos. Así dejaremos de fumar quienes fumamos. Nos agarrará un proceso de conscientización económica (ja) bien cabrón y cada vez que tengamos ganas de un cigarro optaremos por comernos una lechuga. Hace días me dieron otra versión más tenebrosa: "los suben porque saben que no dejaremos el vicio y que lo pagaremos. Y seguirán creciendo los bolsillos de los diputados y toda esa gente."
Más allá de lo redituables que estamos resultando los contribuyentes para el gobierno (quesque) y las legislaciones (quesque) y demás alimañas con poder, lo que me trae desalentado es ese aire de constante regaño que ha marcado a este sexenio. Vean comerciales, oigan discursos, revisen legislaciones. Los gobiernos en curso, locales o federales (incluyendo la cosa esa que encabeza Calderón), parecerían asumirse como Padres Mayores y Ejemplos A Seguir de una ciudadanía imperfecta y viciosa a la que se le dirige regulando sus deficiencias.
Véase si no el bonito esquema de buenas costumbres que estamos aprendiendo: ley de criminalización a los fumadores, después el cierre de los antros a tempranas horas, y luego la cruzada contra los obesos -no discriminación, sí tema de salud-, y el fantástico espectáculo protozombie con tapabocas para evitarnos la influenza el año pasado, y ni hablar del narcotráfico y su cruzada puritana que considera menos onerosas las muertes violentas que las causadas por sobredosis, y por supuesto que el regaño del cinemex por tener papas pidatas, y ya entrados en gastos, los regaños ceñudos de los carlos marines y los ciros gómez leyvas por tanta chacota tuitera.
¿No se sienten ahora más criminales que, digamos, el sexenio pasado? ¿Por fumadores, por trasnochadores, por hedonistas, por tragones, por besucones, por dicharacheros, por el pecado -digo, ya para hablar con los términos adecuados- de haber nacido y ser seres humanos? Y ojo que el lugar común es achacarle toda la culpa a la ideología panista, pero qué frustración reconocer que muchas de estas acometidas también han venido del Gobierno del Distrito Federal, como para convencer al electorado que cuando es necesario pueden ser impopulares, y entonces ya se han puesto más papistas que el Papa (¿o más maoístas que Mao, pa' no andar mezclando catecismos?) El tema no es izquierda o derecha, el tema es de péndulos restrictivos o permisivos, y tal parece que la competencia consiste en mostrar quien ostenta mayor autoridad. Lo que trae (intuyo) un tema en el fondo político: seguimos discutiendo la legitimidad de Calderón. Y como en ese fondo político ni él mismo ni sus mismos correligionarios se lo creen, tal parecería que la forma de reafirmarse consiste en adoptar porte y tono de padrastro regañón: no soy quien debe estar, pero te aguantas y además te cojo con el IETU; ya sé que el elegido era el otro, pero de populismo tan peligroso que ora te chingas con mi sobriedad (en el discurso, otro día hablamos de sus costumbres etílicas) expresiva; en realidad, este sexenio se ha tratado de pagar nuestro error de no creer que el presidente es él. Violencia del narco, impuestos onerosos, restricciones en los hábitos sociales y personales, estigmatización de costumbres poco ejemplares. Bienvenidos a la expiación de nuestros errores electorales. Y al regreso de la edad adolescente de toda la población. Se oye en los discursos, en las campañas de medios, en las nuevas medidas "para vivir mejor": la gente, la ciudadanía, somos pubertos berrinchudos y hay que guiarnos sabiamente. ¿Alguna vez estuvimos cerca de la mayoría de edad? ¿Cuándo sacamos al PRI de Los Pinos? ¿Pero dejamos en entredicho la madurez ciudadana al elegir, en su lugar, a ese chiste con botas que fue Vicente Fox?
Lo más cagante del tema es que la misma gente ha hecho suyo ese discurso incriminador y culpígeno. Es común que ante cualquier tema de corrupción o ilegalidad, de inmediato se nos cobra factura a las mismas "personas de a pie" (como nos llaman esos analistas políticos que Conacyt les regaló carro para que puedan hacer ese distingo, tan académico, de nosotros): si hay problemas en la distribución de agua, es que nosotros no le cerramos a la llave; si el tránsito de las ciudades es un desmadre, es que somos conductores o peatones irresponsables y faltos de la más mínima educación civil; si las calles son un asco, es que nosotros tiramos toda la basura en todos los lugares posibles; carajo, hasta si pierden esos ineptos de la selección nacional, es que nosotros no los apoyamos como se debe y cometemos el reprochable ejercicio de ser críticos. Y es cierto que la gente es gente, y como tal no es la mejor gente posible, y por supuesto que siempre somos susceptibles de mejorar en nuestros hábitos, formas de relacionarnos, modos de acoplarnos a los otros o a las leyes o al medio ambiente, pero tan constante regaño, tanta insistencia en recriminar y reformarnos, ¿no tiene esa sospechosa tendencia de hacernos perder el otro foco, y que la estupidez, la ineptitud, la frivolidad, la estrechez de miras de los gobiernos debería ser el verdadero factor a vigilar?
Veo con envidia cómo se festejan los otros bicentenarios en Latinoamérica, y no me chupo el dedo, tengo claro que la Sra. Kirchner es una enorme decepción para Argentina, el regreso de la derecha al gobierno chileno desconcierta y aturde, el primer triunfo del candidato uribista a la presidencia de Colombia descoloca.... pero también veo en la gente el ánimo de sentise bien plantados en sus países, de sentirse cómodos para opinar, criticar, tirar mierda, de saberse dueños de derechos y libertades; dueños finalmente, de sus naciones. ¿De qué nos vamos a sentir dueños los serviles mexicanos? ¿De los cuarenta pesos por cajetilla, del estigma de las llantitas, de la docilidad ante la masacre institucionalizada del gobierno -llamémosle de alguna forma- de Calderón?
Todo va junto, desde la falta de gol de los ineptos verdes, hasta la autosuficiencia del diputadete del Panal que legisló contra los fumadores. De la falta de legitimidad del señor que vive en Los Pinos, al circo mediático de Tercer Grado y su arrogancia adoctrinadora.
Este país ahora no me gusta, me costaría trabajo pensar que alguien le encuentre algún encanto. Quizá, finalmente, sí seamos culpables de algunas elecciones. Y estemos pagando culpas por mestizos, por agachones, por el por favor y el mande, por no haber abandonado el latifundio del Señor Patrón.
Viva México, pues.

17 comentarios:

Kyuuketsuki dijo...

Muy buen post. Coincido, y a la vez, no, con varias cosas. En primera: estoy totalmente de acuerdo con la visión que tienes sobre ese ánimo puritano que venimos arrastrando desde hace... iba a decir 10 años, pero la verdad es que buena parte del país es aficionada a la mojigatería desde siempre.

Difiero en la criminalización a los fumadores: creo que también los no fumadores ya teníamos derecho a asistir a un espacio nocturno que no estuviera constantemente invadido por humos y poder disfrutar de alcohol (o lo que sea) sin tener el sentido del olfato embotado por tanto tabaco quemándose. Lo que si creo es que, la mojigatería del gobierno, por una parte, y la incompetencia de los empresarios de bares, restaurantes y centros nocturnos por otra, llevaron a una ley de lo más absurda, que consiste en prohibir todo tipo de tabaco en cualquier lugar cerrado, cuando se pudo haber llegado a otro tipo de acuerdos.

Pero lo que más deploro de todo esto es la pérdida del pensamiento crítico y que sigan tan vigente el "o estás con nosotros, o contra nosotros" de Bushito. Eso es lo peor de este asunto.

El sapo dijo...

las medidas que ha tomado el gobierno como cerrar bares temprano, el aumento al precio de cigarros, la ley antiobesidad, son medidas drásticas ante su total fracaso de política social, es decir, como no pueden dar servicios de salud y seguridad de calidad optan por tratar de erradicar el problema "de fondo" sin darse cuenta que no es la solución adecuada, y entonces cometen un error como la ley seca gringa de principios de siglo pasado.
Es muy curioso el ejemplo que pones del padrastro regañón, y muy acertado a mi parecer. Porque el problema de todo esto es ese término tan usado por todos que es el famosísimo paternalismo. Pero no un paternalismo que de bienestar, aunque éste sea momentáneo, sino como bien dices un paternalismo muy puritano, casi diríamos inquisitorial por no decir protestante, de prohibir, prohibir y prohibir para nuestro propio bien. Creo que se podrían evitar este tipo de medidas drásticas si la clase política fuera otra. No estoy a favor de fumadores por todos lados, pero sí de la libertad que cada quién tiene para hacer de su cuerpo lo que le venga en gana. Y por también coincido con eso que Kyuutz llama pensamiento crítico, aunque no se muy bien qué signifique en estos tiempos que vivimos. Porque actualmente ya cualquiera dice tener un pensamiento crítico por el simple hecho de tirar mierda a la gente o de opinar en medios masivos.
Y la verdad, siempre se agradece un post como estos sin pretenciones adoctrinadoras o ideológicas, algo escrito así como viene, con la merititas entrañas.

El hombre del traje gris dijo...

esos weyes siguen gastandose el dinero en pendejadas y buscando sacar mas de debajo de las piedras y viendo com perjudicar mas al ya perjudicado... y pues se atienen a que es dificil dejar de fumar y la gente lo pagaría.

digo, yo no fumo y quiza desconozca cosas del tema, pero me imagino eso va a fomentar los robos y que haya mas cigarros pidatas...

Mujer Maravilla a la Mexicana dijo...

Qué gusto volverte a leer.
Hace unos tres años me siento así, sin el ánimo para celebrar con ganas un 15 de septiembre. Mi padre me inculcó el amor a mi país, a las culturas precolombinas. Hoy no lo veo, no lo siento, hay tanta tanta mierda, tanto sin sentido en este país. El último personaje político que me inspiraba murió hace años en un accidente de carretera.

Un abrazo a pesar de la pesadumbre.

Borchácalas dijo...

Un técnico alemán un día nos dijo que era una gran jalada que nos quisieran achacar a los hogares y mortales del calentamiento global cuando las industrias -y ahora se ha visto de unos años para acá que ha habido una gran actividad volcánica mundial que produce CO2 como enferma- producen mucho más dióxido de carbono que nosotros meros consumidores. Tanto que una sola persona no podría producir en toda su vida la misma cantidad que una gran industria.

Pero a ellos no les exigen que dejen de producirlo y a nosotros nos quieren poner tapones por todo orificio microscópico de nuestro cuerpo que expida CO2.

Creo que estoy de acuerdo en todo. No sólo es de la población, sino que la gran parte debe estar puesta por el señor estado. Pero pues el gobierno no quiere que tengamos un buen estado.

(mi captcha dice fanth. Es como fans, pero más chingón. Soy tu fanth, mi estimado)

Ricardo dijo...

Rufián, entiendo que te sientas criminalizado; también estoy de acuerdo en que muchas entidades han introducido autoritariamente su moral unilateral. Sin embargo, hay dos factores que hacen impepinable el que tu adicción/hábito sea un asunto de salud pública y gravación fiscal:
1. Desgraciadamente el uso de los servicios públicos de salud de parte de los fumadores es abusivo respecto del resto de la población; en promedio entre el 35 y el 180% superior al de cualquier adulto de las mismas condiciones de edad, sexo y situación económica.
2. Por otra parte, coincido totalmente con Kyuuketsuki en que los no fumadores necesitábamos una protección de los espacios públicos y que fumadores, consumidores, locatarios y gobierno fracasamos terriblemente en conseguir y respetar un acuerdo satisfactorio para todos. Sin embargo, los más afectados no somos los extraños que te encuentras en una cantina, sino los amigos o parejas que van contigo y tienen que sorber tu humo y los trabajadores de esos establecimientos.
El individualismo es un principio valioso que permite que haya contenidos interesantes en interné, entre otras cosas; sin embargo, ser individualista y vivir en una ciudad no deja de ser una paradoja.

Débora Hadaza dijo...

Usté me cambió el formato del blog y me cuesta un poco, pero ta bien, total es mi culpa por leerlo...

mire usté que ahora tenemos la culpa hasta del teatro de la niña pole porque no le creímos a la autoridá. ¿cómo la ve?

tiene razón oiga y tampoco me gusta este país, nada, nadita, cada vez menos, es como si nos hubieran hechola casa chiquita, como si ya no hubiera pa donde hacerse, da coraje que hasta la ganas de ir al grito le hayan quitado a una.

y eso que yo ni fumo ni soy antrera, ya me imagino a usté.

N. dijo...

Y ESO que no mencionó usted el tema de la legislación del aborto, que no se trata sólo de que no haya "avanzado", sino que se fueron al carajo los minúsculos logros que llevábamos en la materia.

Moralismo legal completamente fuera de lugar, eso es lo que hay.

Unknown dijo...

Yo sólo quiero fumar sin que una horda de borregos me barran y hasta me insulten por ello. ¬¬ Sniff.

Jo dijo...

si todo esta muy claro y viendo la postulación que esta que echo humo con tanto puritano azul desfilando.


nos suben impuestos incluidas las tortillas... ellos se gastan el dinero en secregatas, camionetas y bonos y entonces zas! uno fuma y fuma de tanta preocupación...

que putada
(perdón por el francés)
mejor dejar el vicio ... por el...
fornicio

si
ya me volví muy ordinaria y eso que ni fumo mota

marip0sa_noemi dijo...

No, en realidad tienen razón nuestros gobernantes: somos re malísimos y nos tienen que educar.

Anónimo dijo...

A mí me molesta el tono de regaño porque puesto de otra manera podría parecer que sí se quiere resolver algo. Si en lugar de una lucha contra el narco se plantea un programa por un país habitable, o si el lugar de una ley antiobesidad se propusiera una ley a favor de comer sanamente, nos obligaríamos a pensar más en lo que queremos que en lo que no queremos. Suena tonto, sí, pero a veces las tonterías importan. Por otro lado, es una pena que se acaben los ruffles verdes en las escuelas, no sé qué hubiera sido de mis recreos sin ellos y no sé lo que serán ahora los recreos con un trozo de lechuga.

Mrs. Le Fanu dijo...

Coincido.. pero como en las ventanas azul-gris-azul-gris se dijo, la vida no es tan grata cuando se pierden los vicios y las drogas legales y/o ilegales :)
Besazos, buen blog

Meryone dijo...

a) qué más cosas se pueden comprar con 40 pesos? calculo mejor así que si me dices "son x euros"

aquí un paquete de tabaco son más o menos, dos cañas (una caña es un vaso de cerveza de barril) y subiendo. cualquier día llegamos a las dos cervezas de botella (en bares, digo)

lo de la ley antiobesidad me sigue pareciendo la hostia y... aquí en breve no podremos fumar en NINGUN sitio. NINGUNO

besos

one way dijo...

Al menos nuestra libertad está garantizada por la incapacidad del Estado de hacer cumplir la ley.
¡Viva México cabrones!

El Rey Hidrógeno dijo...

Estimado Rufian,

jaja esa Jo me hizo el dia! =D
el vicio por el fornicio, yo la secundo!..., aunque no fumo ni de la verde.

Entiendan los viciosos que fuman que son adictos a la nicotina y como tal se les debe tratar, como alcoholico o drogadictosñ enfermos.

Un altisimo porcentaje de las personas que se meten meirda al cuerpo empezaron fumando, lo sabias?, se que si.

Si tomas la nicotina, un alcaloide considerado como veneno, de una cajetilla de cigarros y te la metes TODA JUNTITA (la nicotina) a tu mortal y maltrecho puerquesito... PAKATELAS!, estirarias la pata como una ratita mugrosa (es un decir =D).

La nicotina en bajas dosis es un estimulante, asi que los fumadores son enfermos adictos y asi deberan ser tratados, duro pero cierto, asi que por favor, ya no se hagan peinetas! =P

El servilismo y la agachoneria es algo que se nos da, pero no se porque, bueno si sé, es por el exceso de putitos y maricones que tenemos en el país, la neta.

Saludos Rufias!

Anónimo dijo...

Cómo decirte que tu crítica es muy trillada, siempre nosotros culpando a los que ubicamos como "de arriba". Te leo de hace tiempo y creo que eres capaz de otras cosas...no quiero decir que andes lejano a una realidad atazcada de obviedad, pero te faltó recalcar el tedio ciudadano a crecer en bola y también la predilección del mexicano a "chingar" para ganar.